¿Son seguros los sustitutos de sal bajos en sodio? Evidencia, beneficios y riesgos
Los sustitutos de sal bajos en sodio pueden reducir la presión arterial y el riesgo cardiovascular, pero no son seguros para todos. Descubre beneficios, riesgos y recomendaciones clave.
SEGURIDAD ALIMENTARIASALHIPERTENSIÓN
Dianelis Fernández Mena
9/10/20253 min read


A nivel mundial, la hipertensión arterial es la principal causa de muertes prevenibles, especialmente por su relación con accidentes cerebrovasculares, síndromes coronarios agudos y complicaciones renales. Disminuir la ingesta de sodio produce reducciones promedio en la presión arterial de 5,8 mmHg en personas con hipertensión y de 1,9 mmHg en quienes tienen presión normal.
Más del 70% del sodio que consumen las personas proviene de productos preparados y procesados. En Estados Unidos, el consumo promedio diario de sodio es de aproximadamente 3400 mg. Las Guías Alimentarias para estadounidenses 2020-2025 recomiendan limitar la ingesta a 2300 mg diarios en mayores de 14 años, cifra que coincide con lo sugerido por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina.
Las estrategias convencionales para disminuir el consumo de sal han mostrado resultados limitados. Una alternativa consiste en reemplazar la sal común por sustitutos más saludables, reduciendo así el porcentaje de cloruro de sodio y, en consecuencia, el sodio total ingerido en la dieta. A diferencia de la restricción simple, estos sustitutos suelen combinar cloruro de potasio y saborizantes con menor cantidad de cloruro de sodio.
¿Qué son los sustitutos de la sal bajos en sodio (SSBS)?
Los SSBS son alternativas con menor contenido de sodio que la sal tradicional, en las que parte del sodio se reemplaza por potasio u otros minerales. Esto podría ayudar a disminuir los riesgos asociados al consumo excesivo de sal común, ya que una dieta alta en sodio y baja en potasio favorece la hipertensión arterial.
¿Cuáles son los riesgos de los sustitutos de la sal bajos en sodio?
A pesar de sus beneficios, los SSBS no están exentos de riesgos: pueden producir hiperpotasemia (niveles elevados de potasio en sangre), lo que puede alterar el ritmo cardíaco o, en casos severos, provocar paro cardíaco. Este riesgo es mayor en personas con insuficiencia renal u otras condiciones que dificultan la eliminación de potasio.
¿Qué dicen las nuevas actualizaciones de evidencias?
El estudio CARPRIMARIA, realizado en China rural con 20,995 participantes de alto o muy alto riesgo cardiovascular (antecedentes de accidente cerebrovascular o mayores de 60 años con hipertensión no controlada), asignó a las personas una dieta con sustituto de sal bajo en sodio (75% cloruro de sodio y 25% cloruro de potasio) o sal normal (100% cloruro de sodio).
Tras casi cinco años de seguimiento, se observó una reducción significativa del 14% en accidentes cerebrovasculares, del 13% en eventos cardiovasculares mayores y del 12% en mortalidad, sin efectos secundarios relevantes. Además, se registró una disminución de 3,3 mmHg en la presión arterial del grupo que usó SSBS.
Otras investigaciones han evaluado SSBS con diferentes proporciones de sodio y potasio, desde cambios mínimos (3%) hasta sustanciales (77%). En adultos, los SSBS probablemente reducen ligeramente la presión arterial –tanto sistólica como diastólica– comparados con la sal común, y disminuyen el riesgo de ictus o síndromes coronarios no mortales y muerte por enfermedad cardíaca. No obstante, también pueden aumentar levemente los niveles de potasio en sangre, aunque con poca o ninguna diferencia en la aparición de hipertensión o hiperpotasemia.
¿Existen limitaciones en esta evidencia?
La certeza de la evidencia es moderada. No se conocen bien los efectos ni la seguridad de los SSBS en niñas, niños, personas embarazadas, quienes tienen riesgo elevado de potasio en sangre o no presentan hipertensión. Tampoco se sabe su impacto cuando se usan en alimentos industriales o fuera del hogar. Futuros estudios podrían modificar estas conclusiones.
En resumen, una dieta baja en sodio ayuda a reducir la presión arterial y el riesgo de desarrollar hipertensión. Por ello, diversas sociedades científicas recomiendan reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos diarios (idealmente menos de 3 gramos, según la Sociedad Europea de Cardiología, con posturas más estrictas en las sociedades estadounidenses) y proponen el uso de sales bajas en sodio enriquecidas con potasio como sustituto de la sal convencional.
Alternativas saludables para reducir la sal
Existen hierbas, especias y condimentos naturales como ajo, ralladura o jugo de limón, pimienta negra, cebolla deshidratada o en polvo, levadura nutricional, vinagres variados (balsámico, sidra, vino tinto), pimentón, aceite de trufa, jengibre y hierbas como romero, cilantro, eneldo, salvia, estragón o canela.

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