¿Lavarlos o no lavarlos? El dilema que puede afectar tu salud
Lavar los huevos depende de su origen. Los de granja deben limpiarse con agua caliente y cuidado para evitar Salmonella. Los de supermercado ya vienen tratados. La conservación y cocción adecuada son clave para evitar riesgos alimentarios.
SEGURIDAD ALIMENTARIAHIGIENE
Dianelis Fernández Mena
7/21/20253 min read


Algunas personas consideran que lavar los huevos es necesario para eliminar residuos visibles, otros te dirán que es un gran error, pero lo cierto es que esto depende de su origen.
Para entender mejor el proceso de lavado y desinfección de los huevos, es importante considerar la cadena de producción y distribución de estos alimentos debido a que los huevos pasan por diferentes etapas que determinan si es necesario lavar la cáscara antes de consumirlos.
El agua y la temperatura utilizada también debe cumplir ciertos requisitos. Por ejemplo, el uso de agua tibia o caliente no solo facilita la eliminación de residuos, sino que también minimiza el riesgo de que las bacterias entren al interior del huevo, ya que las temperaturas más altas crean presión hacia fuera en lugar de permitir la infiltración de microorganismos.
Para la prevención de contaminación cruzada, resulta esencial mantener una adecuada higiene en el área de trabajo y/o en el fregadero de la cocina. Este lugar con frecuencia puede acumular bacterias, por lo que limpiar los huevos en esta área podría exponer otros alimentos o utensilios a riesgos innecesarios. Por ello, se recomienda usar recipientes específicos para el lavado y desinfección, junto con una limpieza rigurosa de las manos y superficies al finalizar.
Huevos de granja vs. huevos de supermercado
En granjas pequeñas o locales, donde los huevos no son sometidos a estrictas normativas de higienización, es más probable encontrar residuos orgánicos y bacterias como Salmonella o Campylobacter.
En contraste, los huevos de supermercados suelen cumplir con regulaciones sanitarias que incluyen procesos de limpieza y recubrimientos protectores que preservan su calidad. Esta diferencia subraya la importancia de adaptarse al contexto y origen del huevo para garantizar su seguridad.


¿Cómo lavar correctamente los huevos?
Si los huevos que comprar se obtienen de la gran de forma directa y no han sido sometido a un proceso de limpieza, te corresponde en caso realizar este proceso, para ello te recomiendo seguir las siguientes recomendaciones:
Usa agua tibia o caliente (entre 32 y 49°C). Los huevos recién puestos deben lavarse con agua en el rango más alto de temperatura. Lava los huevos individualmente, sin remojarlos.
Elimina cualquier residuo visible con agua corriente. Evita fragancias en el detergente, ya que los huevos pueden absorber olores. No los limpies en el fregadero de la cocina, para prevenir contaminación en las superficies.
¿Es necesario higienizar los huevos?
La principal justificación para desinfectar los huevos es reducir el riesgo de Salmonella, una bacteria que puede estar presente en la cáscara o incluso en el interior del huevo y causar infecciones gastrointestinales graves
La Salmonella, es la responsable del 60% de los casos de gastroenteritis registrados, lo que enfatiza la necesidad de seguir prácticas adecuadas higiene en limpieza y la preparación de los huevos, incluso cuando la cáscara está limpia e intacta.
Esto se debe a que algunas gallinas infectadas pueden transmitir la bacteria antes de que se forme la cáscara, contaminando el interior del huevo desde el origen.
Consumir huevos crudos o poco cocidos, como en mayonesas caseras, postres con clara batida o huevos pasados por agua, aumenta el riesgo de salmonelosis, una forma de gastroenteritis que puede causar fiebre, diarrea, vómitos y dolor abdominal.
Cómo debemos almacenar y conservar los huevos
La correcta conservación de los huevos es clave para evitar intoxicaciones como la salmonelosis y mantener su frescura y valor nutricional.
Para su conservación se recomienda guárdalos en un lugar fresco y seco, evita consumir huevos que su cáscara esté rota, usarlos antes de la fecha de vencimiento (máximo 28 días), si es necesario limpiarlos sin lavado, usa un cepillo o paño seco. Otro aspecto muy importante para minimizar la exposición a salmonela es cocínalos adecuadamente y asegúrate de que estén completamente cocidos antes de ingerir.

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